El encierro como incentivo a la creatividad

Resumen

Tengo meses observando más que nunca mi contexto. Contando los recursos que tengo −que si es seguro donde vivo, que si tengo un espacio para resguardarme, que si en el espacio que habito puedo realizar las actividades que me han suplantado, como el dar clase desde mi casa, adaptación de infinidad de aspectos−. Es un hecho que ya no me funcionan muchas de las estructuras que había desarrollado en la anterior vida, desde el punto de vista pedagógico, dancístico, familiar, en todas las esferas en las que me desenvuelvo. Antes era ajena a mis vecinos, ahora me entero de sus vidas y ellos de la mía. Lo que antes no, ahora sí. Y hago las diferencias entre el antes y el ahora, pues pareciera que fue un golpe de estado en la historia. De un día a otro cambió radicalmente la vida, pero cuando lo pienso y me voy a mi memoria más instintiva, ya veía venir algo muy fuerte, ya no se podía aparentar estabilidad. Mi instinto más primitivo sabía el desenlace de nuestro tiempo actual, de nuestra realidad, de la catástrofe, como si fuera una ficción, un título de una serie de Netflix.